"Muchas veces, son los organismos públicos quienes los envían a la ONG católica, a la espera de que los funcionarios de turno tramiten los expedientes de rigor durante tres o más meses."
Esta frase imprecisa y tendenciosa (
"Muchas veces", "organismos públicos", "funcionarios de turno" "expedientes de rigor" son algunas perlas de periodismo objetivo), esta frase, repito, se traduce en el rotundo titular que encabeza el artículo "El Estado desvía a Cáritas el alud de nuevos pobres". A continuación viene todo un muestrario de porcentajes y cifras exactas sin que se cite la fuente ni se justifique su precisión. Cifras que bailan de una línea a otra: ochocientos mil en cifras redondas se convierten en un millon quinientas siete mil setecientas treinta y seis (le faltan los decimales); a continuación son cuatro millones setecientas diecisiete mil ciento noventa y cinco, atendidas "en el extranjero" (la iglesia católica es un organización supranacional, se supone por tanto, que una ONG que depende de ella también lo es, no debe cargar todas las ayudas a cuenta del estado español).
Aparte de lo inapropiado de incluir una cuña publicitaria como noticia, se me ocurren algunas reflexiones al hilo: ¿Contabiliza Cáritas en el haber del Estado el dinero público que recibe la ONG? ¿Cuántos millones del presupuesto para educación disputa la Iglesia Católica a los centros públicos, que reciben al sector más necesitado de la población, para ponerlos al servicio de las personas más pudientes? ¿No será que da trescientos millones por una parte y se quita miles por otra? ¿Qué poder confiere a Cáritas el hecho de controlar esa ingente cantidad de ayuda?
Noticia aparecida en EL PAÍS del día 28 de octubre.
El Estado desvía a Cáritas el alud de nuevos pobres
El 58% de personas atendidas solicitó antes apoyo público
JUAN G. BEDOYA - Madrid - 28/10/2010
"Frustrado y angustiado y con un nudo en la garganta ante las necesidades a las que no podemos llegar". Así se siente Rafael del Río, presidente de Cáritas Española, por la avalancha de personas que llaman a las puertas de su organización en busca de ayuda de emergencia.
"Frustrado y angustiado y con un nudo en la garganta ante las necesidades a las que no podemos llegar". Así se siente Rafael del Río, presidente de Cáritas Española, por la avalancha de personas que llaman a las puertas de su organización en busca de ayuda de emergencia. El 58% ha acudido antes a sus Ayuntamientos, sin éxito. Muchas veces, son los organismos públicos quienes los envían a la ONG católica, a la espera de que los funcionarios de turno tramiten los expedientes de rigor durante tres o más meses. En 2009, Cáritas prestó ayuda de primera necesidad a 800.000 personas en España, 150.000 más que el año anterior y el doble que hace dos años.
"Nunca pensé que iba a estar pidiendo ayuda a Cáritas", escuchan con frecuencia los dirigentes. Es la característica de esta crisis brutal: jóvenes matrimonios y mujeres solas o con familia a su cargo, que perdieron el trabajo y necesitan con urgencia dinero para pagar la luz, el agua, los alimentos, el material escolar para los hijos e incluso utensilios elementales para la higiene.
Cáritas destinó en 2009 algo más de 31 millones de euros a ese apartado, un 25% más que el año anterior. Las ayudas a personas que están en riesgo de perder la vivienda por impago de alquiler o hipoteca también aumentan en un 22%, de 3 a 3,65 millones de euros. Sumando todos los programas, Cáritas atendió ese año a 1.507.736 personas en España y a 4.717.195 en el extranjero con distintos proyectos de cooperación internacional. La inversión superó los 230 millones, un 6% más que el año anterior.
Lo lamentable es que la situación será peor el año próximo, por el ajuste a la baja de las políticas sociales en las Administraciones central, autonómica y local. Lo teme Sebastián Mora, el secretario general de Cáritas.
¿Qué ocurrirá en 2011? Las perspectivas son sombrías. "Hacemos todo lo que podemos, pero no alcanzamos a todo. Llamo a los poderes públicos a que se impliquen más en la lucha contra la pobreza y en la atención a los necesitados. Se necesitan más manos y más medios. Pedimos discursos de la realidad. Es lo que queremos decir con el lema Son personas, no números, en esta segunda fase de la campaña 'Cáritas ante la crisis'. Detrás de las personas que reclaman ayuda urgente hay rostros, lágrimas, niños, sonrisas", dice Mora.
En estos años de grandes dificultades también ha aumentado la solidaridad. En 2009 se duplicaron los socios y donantes de Cáritas (222.641 en 2008; 472.873 ahora), y también el número de voluntarios (ahora 59.686, un 5% más que en 2008). "Hemos tenido muchas aportaciones muy pequeñas, de 10 o 15 euros, lo que demuestra que está colaborando incluso quienes tienen problemas", añadió Sebastián Mora.